viernes, 1 de octubre de 2010

¿Un gay de closet es el marido ideal?

Nuevamente no tengo respuesta a esta interrogante, simplemente al ver a mi vecina con su claramente marido gay  me despertó la pregunta.

Probablemente ustedes muy, pero muy ingenuamente me dirán – no es gay, es amanerado–,  pero hay cosas muy obvias cuando se es  diva, se es diva y ni cómo ocultarlo. En verdad, digo si vieran a mí el trabajo que me cuesta.
Ok, ok continuemos, entiendo el asunto de la sociedad, la represión etc., etc., etc., Mi pregunta no es por qué un hombre gay se casa. Eso lo entiendo (bueno, un poco), pero a ver imaginemos la siguiente escena:
Un gordito amable, risueño y muy simpático que mueve su mano derecha cual abanico al hablar se te acerca y sonríe, no te mira las tetas, mucho menos las nalgas, sólo te dice algo sobre tu look , mientras bebe un cosmos o algo parecido a través de una pajilla ( popote o como gustes nombrarlo).  Mientras platican surge algo sobre una película un disco o algo en común y quedan en salir.  ¿Por que creerías que es una cita?
¿No es obvio que es tu próxima mejor amiga?
Ok, ok, quizás la mentada mujer estaba harta de los patanes, machos, con pulgas en los huevos que no notan su nuevo vestido y que toman cerveza cual tabernero del medievo. Pero, ¿neto? en verdad no se da cuenta.

Bueno, está bien no todos son así, hay otro tipo de gay que suele atrapar a mujeres urgidas por convertirse en closet de por vida. Son muy meticulosos, obsesivos, y usan más cremas que Silvia Pinal y Fabiruchis juntos. El problema con este tipo de closeteros es que son guapísimos y –obviamente– ¿qué mujer necesitada le va a decir que no a un guapo? Entonces, sin más caen en sus brazos y se casan. Pero, a ver, díganme –sinceramente– ¿no es espantosamente horrible vivir ante un Narciso que en cualquier momento se va ahogar en sus cremas?
Ok, ok, quizás esas mencionadas mujeres son súper felices, porque han encontrado quién las acompañe de compras, ordene su casa, comparta tips de belleza y sea GUAPÍSIMO.

Pero ¿cómo distinguir entre gay y metrosexual?
Los dos son el consejero perfecto en cuestión de belleza y moda; cuando subes de peso los dos te dicen "te ves gorda" o disimuladamente comentan "cómo que has subido un poco de peso ¿no?, deberías ponerte a dieta". Y probablemente los dos y ante tu cara de molesta, depresión o enojo sólo dirán:  "¿yo estoy gordo?", "¿me veo e viejo?"... La diferencia es obvia, el gay evita acostarse contigo y el metrosexual no.
Ok, ok, quizás esas mencionadas mujeres son súper felices, y no les importa no tener sexo, porque han encontrado quién las acompañe de compras, ordene su casa, comparta tips de belleza y aparte de todo sea GUAPÍSIMO.  Y quizás su belleza valga eso y más, pero ¿valdrá tanto ante el hecho de que sólo está contigo por "las apariencias"? Créeme no es tan compresivo y lindo, no ve todos los chickflicks por que tenga alma de mujer, los ve porque le encantan los protagonistas hombres y lo que es peor aún si pudiera se acostaría con él mismo.

Yo creo que un gay es el marido ideal para otro gay no para una mujer heterosexual.

Así que si alguna vez caes en la tentación de tener un gay de closet como novio o bueno si piensas en estar con aquel (según tú) hombre ideal que te entiende como una mujer, porque es casi como tu mejor amiga, sigue los siguientes pasos:
1.- Aléjate y cuéntaselo a quién más confianza le tengas. (mucho ojo)
2.- Averigua si no eres lesbiana (si sí eres consíguete una novia y cierra este blog)
3.- Si no eres gay, sal más con tus amigas (ellas si son mujeres y  amigas)
4.- Busca un hombre que le gusten las mujeres (pero antes ve al psicólogo creo que tienes un problema)
5.- Si lograste superar tus traumas y crees que tu prospecto está listo, ayúdalo a salir del closet (podría ser tu mejor amigo gay) 
6.- Si después de ir al psicólogo, sacar del closet a tu prospecto, salir con otros hombres y correr, quieres seguir saliendo con gays de closets, vive la vida loca y se muy feliz.

Ce la vie.


Pero recuerda aunque a caballo regalado no se le mira el diente, a todo pretendiente si se le mira la preferencia.