Mi vida corrió en sueños cual capítulo de la Dimensión Desconocida, y sin previo aviso llegué aquí.
Estoy segura de no sufrir Alzheimer y tampoco daño cerebral –toco madera–; simplemente el pasado se escurrió de mi memoria.
Once mil y tantos días transformados en futuro incierto.
Así, sentada frente a este mañana que desconozco y sin vergüenza a ser considerada loca o idealista busco desesperadamente mis sueños.